jueves, 8 de noviembre de 2012

La cadena del bizcocho

      Esta semana he empezado una nueva etapa de mis estudios. ¡Por fin soy becaria! Lo mejor de todo es que he podido elegir el colegio y el tutor, todo gracias al esfuerzo de estos años de estudio y dedicación exclusiva. ;) Es lo que tiene ser empollona... Y por eso, me siento tan orgullosa de haber vuelto al colegio donde estudié cuando era pequeña y con un tutor inmejorable, de esos que opinan que los niños son personas con un gran tesoro por descubrir, de los que saben sacar partido de los gustos e intereses de los niños, que conoce a sus alumnos... Vamos, el más claro ejemplo de cómo, en la teoría, tiene que ser un buen maestro. No, no quiero ser pelota, quizás me mueve la ilusión de los primeros días de prácticas, pero es que es entrar en ese colegio y ver las caras de los niños que me llaman por mi nombre, que me quieren dar besos y contar cosas... que hace que lo vea todo taaaan bonito....!!! ¡¡Me encanta!!! Hay una niña que ha hecho un dibujo con muchos corazones y colores bonitos, y había los nombres de compañeros de clase que quería más y entre esos nombres, en el corazón más grande, ahí estaba el de mi tutor y el mío, ¡¡toma ya!!

      Y encima, la tutora de la clase de al lado me ha dejado una de sus batas de maestra y me siento taaan feliz...!!! snif, snif!! Sólo me falta ponerle mi brochecito de maestra, que se me olvida siempre en casa...

      La vuelta al cole me ha traido muchos recuerdos, como cuando aquella vez que adornamos los pasillos con fotos de nuestro papá y como el mío tenía bigotes muy de cowboy, todos pensaban que yo era mexicana...

      O como aquella vez que iba hacia el portón del colegio caminando, me giré un momento mientras seguía caminando y me tragué una farola...

      O como cuando la profesora de religión me preguntó en qué año había nacido Jesús, me puse muy nerviosa y, después de 5 minutos de bloqueo mental, risas de mis compañeros y gritos de mi profesora que casi se le salían de las cuencas sus ojos inyectados en sangre, conseguí articular un cuatro mil... Uff... Eso sí que me marcó de por vida... ¡¡Y pensar que el otro día la vi, que sigue en el colegio!!!

      Podría estar horas y horas contando anécdotas de la infancia, además de los juegos en el patio, las canciones o las innumerables cadenas de mensajes que nos mandábamos cuando todavía no existía Internet. Aquellas cadenas eran como una sentencia de muerte si no enviabas 12 copias a 12 personas en menos de una semana... Siempre nos quejábamos cuando alguien nos venía con una carta o cuando la recibíamos en el buzón, pero en el fondo, para nosotros, nos algrábamos porque eso significaba que alguien había pensado en nosotros. Es que es verdad, el que no recibía nada, era el marginado de la clase...

      Pues fíjate qué cosas, que después de tanto tiempo y con lo que ha cambiado la vida, he recibido una cadena, pero no de cartas, sino de bizcochos. Es de lo más curiosa, porque lleva un proceso de elaboración, del que se sacan tres vasitos que van a ser regalados a tres personas que queramos. ¿Que queramos? Sí, hombre, que queramos muy mal, porque esto de que te regalen la masa cruda de un bizcocho y que luego tenga que quedarse unos días en la encimera de la cocina fermentando y echándole potingues, no da muy buen rollito que digamos... Pero el caso es que la he continuado y ma-dre-mí-a-que-biz-co-cha-zo-im-pre-sio-nan-te-men-te-bue-ní-si-mo-de-la-muer-te!!!!


      El proceso es muy pesado, pero con paciencia, sale una cosa de agárrate, rica, grande, jugosa, tierna... brrrr!!!! Hombre, lo suyo es recibir la cadena. Cuando te dan un tarrito, te dan un papel con instrucciones por días:

JUEVES: Se vierte el contenido del vaso o del tarro en un recipiente mayor y se añade 1 vaso de azúcar y otro de harina y NO se mezcla.
VIERNES: Se mezcla todo bien con una cuchara.
SÁBADO: NO SE TOCA
DOMINGO:NO SE TOCA
LUNES: Se añade 1 vaso de azúcar, 1 vaso de harina y 1 vaso de leche. NO se mezcla.
MARTES:Se mezcla todo con la cuchara.
MIÉRCOLES: NO SE TOCA
JUEVES: NO SE TOCA
VIERNES: NO SE TOCA
SÁBADO: Se apartan 3 vasos de la mezcla obtenida (masa madre) que se entregarán a 3 personas a las que deseas suerte y salud. Al resto de la masa se le añade:
   - 2 vasos de harina
   - 1 vaso de azúcar o un poco menos
   - 1 vaso de aceite de girasol u oliva
   - 1 vaso de leche
   - 1 vaso de nueces y/o almendras
   - 1 vaso de uvas pasas enharinadas
   - 1 sobre de levadura
   - 2 huevos
   - 1 pizca de sal
   - 1 manzana troceada
   - ralladura de naranja

      Se mezcla todo bien y se mete en el horno bien caliente. Horneamos durante unos 40 minutos a 200ºC.

      Estos días investigaré a ver cómo puedo elaborar el mismo bizcocho sin tener que pasar otra vez por la cadena... Un tarrito ya se lo he encasquetado a mi hermana mayor... a ver a quién le doy los otros...
 



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