Galletas fáciles y un poco de amor propio

Últimamente siento una verdadera pasión por la repostería, es verdad. Quién me iba a decir a mí que algún día podría llegar a cocinar platos dulces, usando horno, batidora, montando claras a punto de nieve... Me consideraba nula para todo aquello que tuviera algo que ver con el azúcar y en cada comida o cena en compañía, intentaba equilibrar esa ignorancia esmerándome mucho en preparar exquisitos platos salados. Me encanta la cocina y ahora mismo, me siento capaz de hacer cualquier cosa. Sólo hace falta un poco de ilusión y motivación. Eso mismo lo podemos llevar a cualquier aspecto de nuestra vida. Lo más importante es mantener una actitud positiva y levantarse cada vez que nos veamos en el suelo. Porque cada uno de nosotros somos la persona más maravillosa del universo, así que, que nadie te venga a decir que no vales, que no eres capaz de hacer o conseguir algo. No esperes a que venga alguien a sacarte las castañas del fuego, porque créeme, es precioso tener ese sentimiento de éxito cuando consigues resolver los problemas por ti mismo. 

Y pensaréis... a esta chica se le ha ido la pinza... Sí, es posible. Quizás hoy no sea el día más feliz de mi vida, pero hoy, estoy convencida de que nadie me puede pasar por encima, nadie puede frenar mi ilusión y mi sonrisa. Hoy, a pesar de las dificultades, no pienso rendirme y voy a llevar mi sonrisa a todos los rincones que pueda. Porque hoy, le pese a quien le pese, soy imparable. (aplausos... ejem...)

Pues después de este ataque de amor propio, os dejo la receta super fácil y rica de estas galletas, que están para comérselas. El caso es que parecen galletas de mantequilla, pero tampoco es que tengan tanta, la verdad, pero tienen un sabor y una textura que harían temblar a la mismísima... no sé... ¿Cleopatra? La saqué de La Receta de la Felicidad. Es facilísima de preparar.

GALLETAS FÁCILES

Ingredientes:

220 gr. de harina

100 gr. de mantequilla

50 gr. de azúcar

1 cuchta. de levadura en polvo

1 cuchta. de sal

1 huevo

Preparación:

Es muy sencillo. Se mezclan todos los ingredientes y se amasan hasta que estén bien integrados. Formamos un tubo como un rodillo con la masa ( del grosor que queramos) y la envolvemos en papel film. Metemos el tubo en la nevera durante una hora aproximadamente y después, lo sacamos, quitamos el plástico y cortamos con un cuchillo bien afilado y ligeramente humedecido para que no se le pegue la masa. 

Con el horno precalentado a 200ºC, horneamos durante 10 minutos.

Después, decoramos si queremos con chocolate fundido o glasa de colores, mermelada, etc. Por mi parte, como era el cumpleaños de Rebeca y le quería regalar una super Dulce Caja de sorpresas, le personalicé algunas. Las otras, sirvieron muy buenamente para el desayuno y la hora del té. ¡No duraron nada!

¡Espero que os gusten! ¡Feliz semana!